Pioneros en Chile
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En 1885 se empieza a escribir la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo DÃa en Chile y también en Sudamérica....
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PIONEROS ADVENTISTAS EN CHILE Ciento dieciocho años después que Manuel Lacunza se despidiera de Chile para siempre, y cien años después que comenzara a conocerse su célebre obra, La Venida del Mesías en Gloria y Majestad, pisaron tierra chilena los primeros adventistas del séptimo día:
CLAUDIO DESSIGNET y ANTONIETA S. de DESSIGNET,
eran franceses,
llegaron a nuestro país como inmigrantes debido al plan de colonización que impulsar el gobierno chileno en Europa en 1883. El motivo para efectuar esta colonización en la Araucanía fue que se consideró que el territorio del país era muy extenso en relación con la población existente. En 1885 se empieza a escribir la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Chile y también en Sudamérica. Conocieron la fe adventista en su país por medio del ministerio de Daniel T. Bourdeau, y emigraron a Chile. Se establecieron en Traiguén, provincia de Cautín. Y si bien es cierto que pasaron algunos años antes de que el adventismo adquiriera fuerza expansiva en Chile, su luz no se apagó desde entonces. En 1880, se bautizan después a asistir a las reuniones dirigidas por Bourden. Ana, hija de los Dessignet, tenía doce años cuando sus padres emigraron a Chile. Había nacido el 10 de octubre de 1873 en Lyon, Francia. En 1899 se casó con Carlos Krieghoff, uno de los primeros convertidos de la zona, quien más tarde sería un pastor adventista. Por varios años, los Dessignet serían los únicos adventistas en el país. La mayoría de las personas con quienes se relacionaban pensaban que ellos eran judíos. Ellos realizaban una labor misionera entre los colonos franceses de la zona. Con el pasar del tiempo varios de sus vecinos se convencieron de la verdad presente y comenzaron a guardar el sábado como día de reposo. Años más tarde, cuando llegaron los pastores adventistas a esa zona, algunas de las personas fueron bautizadas. Murió el 6 de mayo de 1909. Antonieta S. de Dessignet se mantuvo fiel a su iglesia hasta su muerte el 7 de octubre de 1918. Su hija Ana Dessignet de Krieghoff falleció el 3 de febrero de 1967. Entre los que aceptaron la fe adventista en Chile por el testimonio de los Dessignet y que los sobrevivieron, se cuenta a Pedro Maître y esposa, también franceses. Pero su mayor influencia se proyectó en Chile y Sudamérica a través de algunos de sus descendientes.
FREDERICK W. BISHOP, nació el 17 de julio de 1864,
en Bristol, Inglaterra. Tenía tres
años de edad cuando sus padres emigraron a los Estados Unidos quedándose en Cleveland por 16 años, luego se trasladaron a California. Mientras trabajaba en San Francisco fue invitado a la Iglesia Adventista por primera vez. Tenía 28 años de edad y su recuerdo del primer estudio bíblico que recibió quedó grabado en su mente perdurando por siempre como una de las vivencias espirituales más hermosas que acontecieron en su vida. Cierto día fue invitado a casa de una familia para estudiar la Biblia. Al rato de estar allí, llegó un hombre bajito que luego de saludar a los presentes. Sacó de una maleta una Biblia grande y comenzó a enseñarles acerca de la ley de Dios y el sábado. Estas enseñanzas impresionaron gratamente a Bishop y al poco tiempo, allí en California, aceptó la “verdad presente”, donde pronto fue bautizado y se entregó de lleno a la venta de libros adventistas. Sus inicios en el colportaje no fueron muy prometedores debido a que durante tres días no vendió nada, y sólo en el cuarto día, vende su primer libro al sacristán de una iglesia católica. Luego de su conversión, asistió al colegio de Healdsburg en California, donde estudió por dos años, mientras lo hacía, col portaba durante las vacaciones para pagar sus gastos como estudiante. Mientras asistía al colegio, en el segundo año de sus estudios, F.L.Mead a nombre de la Junta de Misiones Extranjeras, organismo dependiente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, le invita a venir a Chile para iniciar la obra del colportaje. La misma invitación se le haría después a Davis y ambos estudiantes compañeros de colegio partirían a Chile en octubre de 1894. La labor realizada en la obra de las publicaciones y el evangelismo, junto a Davis, fueron muy fructíferas. En 1897 se une en matrimonio con la señorita Petronila Neuman quien había aceptado la verdad adventista algunos meses antes en la ciudad de Los Ángeles, Chile, por el trabajo de uno de los primeros conversos de Bishop llamado Enrique Balada. Del matrimonio nacieron ocho hijos: Benjamín, Eduardo, Tomás, Lidia, Alicia, Minnie María y Flora. Debido a las ocupaciones y responsabilidades de su hogar y de su familia, que con el tiempo van aumentando a medida que crece el grupo familiar, se ve impedido de seguir en el servicio activo del colportaje, teniendo que dejarlo. Sin embargo, esporádicamente, mientras contó con buena salud, salió a colportar, siendo para él una obra muy preciosa que había que realizar porque para eso había venido a Chile. En los últimos años de su vida sufrió de fuertes padecimientos al corazón. Estos dolores intensos le impidieron realizar la obra que tanto amaba y esto le ponía triste.
En la mañana del 31 de enero de 1929, en la oración que pronunciara al estar reunido con su familia, él pide especialmente a Dios que le dé descanso de sus dolores y después de salir a dar un corto paseo regresa para leer la Biblia como acostumbraba, leyendo desde el Salmo 90 hasta el 104. Posteriormente ese mismo día, a las 5,30 de la tarde, cayó de pronto de la silla en que estaba sentado y murió sin que de sus labios saliera palabra alguna. El cuerpo inerte de Frederick W. Bishop, uno de los colportores pioneros en Chile, fue depositado en el cementerio de la ciudad de Los Ángeles.
TOMAS H. DAVIS, comenzó su trabajo en el
colportaje en el año 1891, en la ciudad de
California. Mientras estudiaba en el colegio de Healdsburg, California, F.L. Mead le invita a venir a Chile para que junto a F. Bishop inicie la obra del colportaje.. Davis sentía que debía testificar de su fe a todo el que se relacionara con él, por eso a los que tenían Biblias les enseñaba sobre la Segunda Venida de Cristo, Los Diez Mandamientos, además de otras doctrinas. Debido a este entusiasmo en compartir su fe, algunos de los miembros de las iglesias tanto protestantes como católicos, lo trataban como el “lobo robador”, enojándose con Davis. En cambio otros le decían que orarían por él para que guardara el domingo. En 1901 contrae matrimonio con una joven de Angol de nombre Susana, quien sólo algunos años antes había aceptado el adventismo en esa ciudad. Después de trabajar por más de seis años en Chile en el colportaje y ante su debilitada salud, se ve obligado a regresar a los Estados Unidos en 1901 junto a su esposa Susana Davis. En 1904, luego de restablecerse, vuelve a Sudamérica siendo enviado como pionero a Ecuador. El 15 de julio de 1907 fallece su esposa Susana en la ciudad de Ambato, Ecuador. Ver morir a su esposa como consecuencia de una enfermedad tropical y tener tres niños que cuidar fue una experiencia muy triste; ya que la niña mayor contaba con cinco años de edad, la segunda sólo con dos años y el bebé que tenía solamente cinco días de vida. Debido a esta circunstancia, el matrimonio Steele se ofrece a adoptar al bebé de días y Davis acongojado y con dolor se desprende de su hijo. A pesar de la tristeza él deseaba quedarse en Ecuador por algún tiempo, para ver comenzar la obra en el país. Así recompensaba en parte el sacrificio de su compañera quien lo haba acompañado a ser pioneros en esta tierra y a quien tuvo que dejar sepultada en el cementerio de esa ciudad. En 1908 vuelve a Chile como director de la obra del colportaje en la Asociación Chilena, más tarde se ve crecer cuando el número de colportores aumenta en los diferentes lugares y tener mayores ventas de la literatura adventista..
Davis vuelve a casarse con Gertrudis Leiva en 1910. Nacida en Chillán el 20 de septiembre de 1882 y bautizada en 1898 por el pastor Baber en el pueblo de Nueva Imperial. Ella trabajó por varios años en la Asociación Chilena , departamento de Escuela Sabática. En 1911 la salud de Davis se ve muy afectada y tiene que acudir al Sanatorio de Entre Ríos, Argentina. En la mañana del 26 de noviembre de 1911 fallece en el Sanatorio, debido a una hemorragia intestinal,. En el cementerio cerca de Crespo, fue sepultado su cuerpo. A la muerte de Davis, queda en Chile su segunda esposa, Gertrudis Leiva, y sus dos hijas de siete y nueve años de edad de su anterior matrimonio. Ante el. deceso de Davis el pastor José W.Westphal expresa: “ El hermano Davis fue uno de los dos misioneros enviados a Chile y él fue quien preparó el camino para este mensaje en el Ecuador. Es el primer misionero Adventista del Séptimo Día enviado al territorio de la Unión Sudamericana, que ha perdido la vida en el campo de labor”.
Los primeros convertidos en el país al adventismo que se mencionan por la obra de Bishop y Davis, según los registros, son Pedro Maitrë y su esposa, quienes en 1886 aceptan las enseñanzas de los Dessignet y de las publicaciones adventistas que ellos les facilitaron
Del trabajo de los colportores, el primer convertido de Bishop figura en 1895 en Iquique.
WILLIAM SPRINGER,
primer colportor de Chile y primer convertido en Iquique.
Varios viajes realizó Bishop a Iquique en 1895 donde permaneció vendiendo publicaciones especialmente a personas de habla inglesa. En uno de los primeros viajes, en Iquique conoció a William Springer, un inglés que aceptó el mensaje adventista que el colportor le había enseñado. Así Springer se convirtió en el primer convertido en Iquique y del norte del país. William Springer decide ingresar a la obra del colportaje al poco tiempo de aceptar el adventismo. Al inició de 1896, desde la sede de la Misión en Valparaíso, el pastor Baber con la ida de Nowlin había perdido un colportor pero con el ingreso de Springer había ganado otro obrero de las publicaciones. Así Springer se convirtió en el primer colportor convertido en Chile al adventismo.
Mientras Bishop trabajaba en Valparaíso, en uno de sus viajes al norte en 1895, llegó a Iquique después de 8 días de viaje realizado en vapor. En cada ciudad en que se detenía el barco aprovechaba de vender libros, dando como resultado una buena cantidad de libros vendidos.
JULIAN OCAMPO, de oficio hojalatero, fue el primer pastor chileno; como se efectuó esto: Cuando Bishop estaba en Iquique y tomando un tren que lo llevara a las pampas del interior, pensando encontrar en Huara y en las salitreras del sector, gente de habla inglesa a quienes ofrecer y vender su literatura, pronto se dio cuenta que no habían ingleses y pensó que aunque él no conocía el idioma español, podría ofrecer el libro en castellano que tenía en esa oportunidad “Patriarcas y Profetas”, mostrando láminas del libro. En un negocio logra hacerse entender para guardar su equipaje y luego comienza a caminar por la calle bajo el sol caliente de ese viernes de tarde. Es así como llega a una hojalatería aventurándose a mostrar el libro. Abrió su libro y le mostró al hojalatero las ilustraciones. Este hombre detuvo su trabajo, le habló varias veces, pero el colportor sólo atinaba a mover la cabeza manifestando de esa manera que no podía entender lo que el hojalatero le decía. Finalmente el hombre se da cuenta que Bishop no sabe hablar español, se levanta y le hace señas para que lo siga a una pieza adyacente donde un misionero protestante estaba predicando a un grupo de hombres. Este misionero metodista de apellido Vidaurre, había comprado libros al colportor un mes atrás en Valparaíso. Ahora Bishop a través del pastor Vidaurre, que hablaba muy bien en inglés, consigue que muestre el libro y explique su naturaleza, obteniendo la venta de seis ejemplares. Julián Ocampo, quien era el hojalatero, sintió simpatía por el extranjero y lo invitó a quedarse con él esa noche. Al siguiente día, en la mañana, fueron juntos a la estación a despedir a Vidaurre. Ocampo por medio de señas preguntó al colportor dónde pensaba ir ese día. Bishop toma su Biblia y le muestra versículo tras versículo acerca del trabajo de los seis días y el descanso del séptimo día de la semana. Ocampo tenía una Biblia en español y busca los textos indicados por Bishop, entonces se da cuenta que su joven amigo no trabaja ese día y que observa el sábado como día de reposo, por lo tanto no haría negocio alguno. Ocampo, al llegar a casa le pasa una hoja de papel para que anote los textos sobre el sábado. Una larga lista de versículos llenó la página de papel, y Ocampo luego comienza a cotejarlos en su Biblia. Esto produce inquietud en su corazón y lo hizo pensar en cuanto a su observancia. El domingo, Bishop fue a otro lugar de las salitreras. Cuando los creyentes metodistas vinieron a casa de Ocampo para celebrar sus cultos dominicales, encontraron que este tenía una lista de textos referentes al sábado. Les mostró los versículos y entonces la reunión se transformó en una animada discusión. Como resultado de esto el hojalatero y varios de sus amigos aceptaron las doctrinas adventistas. En este grupo se encontraba Juan Sebastián Pereira, Mariano Zúñiga, Manuel Alcayaga, que junto a Julián Ocampo serían los primeros convertidos en Huara.
A fines de 1896 Julián Ocampo llegaría a ser un ministro ordenado, convirtiéndose en el primer pastor nacional ordenado por la Iglesia en Chile. Ocampo se encontraba feliz por su nueva fe que había conocido, sin embargo, sólo pudo ejercer su ministerio por dos años debido a su prematura muerte. Se da comienzo a la obra adventista en el norte con estos primeros convertidos. Los demás miembros del grupo, tendrían un rol muy importante en la difusión del mensaje adventista en los siguientes años.
JUAN SEBASTIAN PEREIRA, primer enviado a Bolivia. De nacionalidad brasileña. Fue un colportor de la Sociedad Bíblica, su conversión lo llevó a decidirse a llevar el mensaje adventista a Bolivia, llevando literatura de nuestra iglesia. En este país tuvo serias dificultades, incluso, pusieron su vida en peligro de muerte, pero fue librado gracias a la oportuna intervención del doctor J. Suárez Miranda.
MARIANO ZUÑIGA, misionero laico en la Pampa. Era un peluquero de nacionalidad peruana. Al hacerse adventista se convirtió en un entusiasta testificador de su fe. Fue una columna de la verdad en esa región. Solía tener en el espejo de su peluquería, una nómina de los suscriptores a “Las Señales de los Tiempos”, y era su deseo de agregar permanentemente nuevos nombres a la lista.
MANUEL ALCAYAGA, colportor en Argentina
Este chileno, trabajador de la pampa, más tarde se traslada a Iquique donde se dedica a vender agua. En ese entonces no había agua dulce potable, ni de cañerías, ni pozos en toda la región salitrera, de tal manera que se obtenía por destilación o evaporización. El agua dulce era vendida de esta forma a los habitantes de esos lugares. Alcayaga, además de vender su tonel de agua, llevaba consigo Biblias y publicaciones adventistas, siendo siempre un miembro entusiasta y útil a la iglesia. Más tarde entró a la obra del colportaje, trabajando también un tiempo en Argentina, donde enfermó y volvió a Chile donde fallece en San Felipe en 1919.
MARTIN AVALOS, primer convertido en San Felipe.
Era un fervoroso predicador de los metodistas que se convierte al adventismo en San Felipe. Al igual que Ocampo tenía cierta experiencia en la predicación y en dirigir a los creyentes, por lo tanto al organizarse la congregación de San Felipe, Avalos fue ordenado Anciano. Su deseo era continuar enseñando el evangelio y se sentía ansioso por difundir el mensaje bíblico aprendido.
PRIMEROS CONVERTIDOS EN SANTIAGO
Desde su llegada a Chile, Bishop y Davis habían recorrido diferentes lugares del país colportando. A mitad del año 1896, ellos deciden iniciar su trabajo de colportaje en esta ciudad para conseguir interesados en las verdades adventistas. El contacto de los colportores con Enrique Balada y su esposa Prudencia Núñez se produjo en julio del año 1896 cuando Bishop y Davis deciden comenzar su trabajo en Santiago.
ENRIQUE BALADA, pero algunos de los hechos más llamativos y de mayor consecuencia se produjeron en Santiago. En 1896, tanto Bishop como Davis, ya familiarizados con el idioma, decidieron colportar en Santiago, la capital de la república. No podían, sin embargo, encontrar allí lugar donde alojarse, hasta que el Sr. Wilson, un pastor metodista, les sugirió que fueran a la casa de un colportor y predicador bautista, Enrique Balada. Fueron, y en efecto en su casa hallaron alojamiento. Balada había venido de España a Sudamérica hacía tiempo, y antes de venir a Chile había trabajado en Argentina como colportor de la Sociedad Bíblica. Mientras se encontraba allí, había comprado de uno de nuestros colportores un ejemplar de “Estudios Bíblicos para el Círculo de la Familia” en francés. Esta semilla fue germinando poco a poco. Las conversaciones que sostenían los colportores con Balada versaban mayormente sobre el evangelio, pero como Bishop y David no podían expresarse bien en castellano le indicaban textos de la Biblia sobre la ley y el sábado. Al enterarse Balada que los colportores eran observadores del sábado comenzó a discutir con ellos y llegó casi a indignarse al ver que esos extranjeros que apenas llegaban y que poco conocían del idioma, parecían pretender enseñarle la Biblia. Contó a su esposa que los dos jóvenes estaban tratando de convencerle de que el sábado era el día de reposo, a lo que ella le responde que “los jóvenes tienen razón porque de acuerdo con la Biblia el sábado es el día de reposo”. Pronto ella
empezó a guardar el sábado, y su esposo después de resistirse un poco, se le unió en la observancia del día de reposo. La señora Prudencia Núñez de Balada-afirma el Dr. Walton J. Brown- llegó a ser el primer converso a la iglesia adventista del séptimo día en Chile. Muy pronto su esposo hizo la misma decisión. Balada renunció a la Iglesia Bautista .Más tarde, cuando se organizó la Iglesia Adventista de Santiago, fue elegido como anciano y ordenado después como pastor por G.H. Baber, que llegó a Chile en octubre de 1895 para dirigir la Misión Chilena.
VICTOR THOMANN, convertido por un sueño. La familia Thomann junto a los Krieghoff y los Dessignet llegaron a Chile como colonos en 1885. Estas familias navegaron a través del Atlántico rumbo al Cabo de Hornos y luego de su arribo al país viajaron a la provincia de Malleco. Los Thomann se establecieron en las fértiles tierras cercanas al pueblo de Púa. Ellos eran luteranos y leían regularmente su Biblia en alemán. Un día llegaron a conocer a un amigable sacerdote jesuita, quién los persuadió para que se bautizaran en la iglesia católica. Olga, hija del matrimonio, ingresó al convento y Eduardo, uno de los hijos, fue a trabajar a la cervecería de una familia católica. Sin embargo, se desilusionaron del catolicismo y volvieron a su fe luterana. Los Thomann, cansados del campo, se trasladaron a la capital del país, Santiago. En Suiza habían trabajado con madera así que decidieron abrir un taller de carpintería en la ciudad. Sus hijos, Walter, Eduardo, Victor y Olga conocerán de la verdad presente a través de Bishop y Davis, o bien por las publicaciones adventistas que ellos ofrecían. La conversión de Victor Thomann está relacionada con cierto sueño que él tuvo donde veía a dos jóvenes leyendo la Biblia el uno al otro. Poco tiempo después de este sueño observó que dos jóvenes extranjeros caminaban por la avenida principal de Santiago, la Alameda, leyéndose la Biblia mutuamente. Eran Bishop y Davis que estaban tratando de aprender el castellano usando la Biblia como libro de texto. Leían en alta voz un versículo tras otro en inglés y en castellano y comparaban las palabras. Cuando Víctor se acercó y los oyó se dio cuenta que no sabían casi nada de español, pero estaban intentando aprenderlo. También recordó que había visto en sueños esos hombres leyendo el salmo 103 por lo tanto se acerca a ellos y les preguntó que estaban haciendo. En respuesta le señalaron algunos pasajes de la Biblia en castellano, él los aceptó como enviados de Dios. Víctor se sintió impresionado de que los dos extranjeros tuvieran un mensaje para él. Bishop y Davis invitaron a Víctor a su departamento, donde estudiaron la Biblia juntos. Buscaban los textos en su Biblia en español y le pedían a Víctor que los leyera. En esta forma estudiaron acerca de Jesús y su Segunda Venida, la Ley y el sábado. Víctor Thomann aceptó cada doctrina bíblica tan pronto como era expuesta en el estudio.
Víctor tenía 18 años cuando conoció y aceptó las verdades bíblicas presentadas por los colportores.
EDUARDO THOMANN, convertido por folleto. El nombre de Eduardo W. Thomann está ligado a las primeras publicaciones periódicas adventistas en los países hispanos de la División Sudamericana. Fue editor de la revista misionera Señales de los Tiempos que apareció en Chile en el año 1900. De desempeñó además como el primer director y redactor de la Revista Adventista en español, que se inició también en Valparaíso, al año siguiente. Las revistas que dirigió llegaron a todo el país, abrieron surcos para la siembra de la verdad, cruzaron las fronteras y llegaron hasta los lugares donde los predicadores no pudieron ir. Su entusiasmo por la predicación de las buenas nuevas de salvación lo llevó a recorrer personalmente la geografía de Chile, Perú, Bolivia y Argentina, portando un mensaje de esperanza. Una mirada a su ministerio despierta una renovada convicción del valor de la página impresa para la evangelización de los inconversos y para el fortalecimiento de la iglesia. (Misioneros en Sudamérica, págs. 73 y 74) Eduardo tenía inclinaciones religiosas y trataba de encontrarle un sentido a la vida. Fue por esto que cuando tuvo contacto con la iglesia presbiteriana abrazó sus enseñanzas y se convirtió en un activo participante de esta congregación en Santiago. Pero el estudio de las Escrituras lo había guiado a descubrir que el séptimo día de la semana era el que debía guardarse. Preguntó a su padre acerca de este asunto, pero no recibió una respuesta satisfactoria. Un sábado de noche, en julio de 1896, visitó a un zapatero de apellido Vera. Cuando descubrió que sus zapatos todavía no estaban listos, Vera le explicó que él no había trabajado ese día porque era sábado. Los dos hombres discutieron brevemente el tema. Finalmente el zapatero le dio un folleto sobre el asunto para que lo leyera en su casa. El título del folleto era “El Ministerio de la Iniquidad”· y sostenía que no se había cambiado el día de reposo. Esa semana, Eduardo se enfermó así que no pudo trabajar en el taller. Esta situación le dio tiempo suficiente para leer el folleto y estudiar su Biblia con la ayuda de una concordancia, tratando de refutar las declaraciones contenidas en el folleto. Pero, mientras más examinaba las Escrituras y otros libros sobre el tema, descubría que la observancia del domingo no tenía base bíblica. Al fin de esa semana había quedado convencido de que el sábado era santo y decidió guardarlo a partir de ese momento. Cuando él y Víctor se encontraron quedaron complacidos al descubrir que cada uno había decidido, independientemente, guardar el sábado. Ese sábado, al llegar a la casa de Balada, donde habían comenzado a reunirse para celebrar la Escuela Sabática, Eduardo y Víctor encontraron al zapatero y a los dos colportores junto a Enrique Balada y su esposa. Con este grupo de personas se formó la primera Escuela Sabática en Santiago.
Eduardo E. Thomann R. ( 1874- 1955) se bautizó en la Iglesia Adventista el 19 de diciembre de 1896. Pronto Eduardo y Víctor progresaron en el conocimiento de las Escrituras. Cuando los dos colportores tuvieron que alejarse de Santiago, Eduardo quedó al frente del pequeño grupo de creyentes.
PRIMEROS CONVERTIDOS EN ANGOL: JARA, ALBORNOZ Y SUSANA DAVIS. Del grupo de Angol mencionaremos al anciano JARA, un ferviente propagandista de la fe adventista, al joven RUPERTO ALBORNOZ, quien llegó a ser un dentista años más tarde y a su madre. También en este grupo se encontraría la joven SUSANA que llegó a ser la primera esposa del colportor Davis y que más tarde rindió su vida en Ecuador.
PRIMEROS CONVERTIDOS EN LOS ANGELES: OTTENSEN Y PETRONILA NEUMANN. De los creyentes en Los Ángeles se destaca a OTTENSEN, electricista dinamarqués y a la joven alemana PETRONILA NEUMANN que llegó a ser la esposa del colportor Bishop..
JOSE LUIS ESCOBAR, primer enviado al Perú y convertido en Mulchén. Del grupo de Mulchén, sobresale JOSE LUIS ESCOBAR que en 1898 viaja a Lima como pionero para proclamar las verdades adventistas en la capital peruana.
CARLOS KREIGHOFF, un pionero de la Obra Educativa y convertido en Victoria. Del grupo de Victoria se encuentra a Carlos Krieghoff uno de los primeros convertidos del sector quien llegaría a ser años más tarde un pastor ordenado y propulsor del área educativa, quien no imaginaba que por su influencia daría las bases a la Primera Universidad Evangélica del país, la Universidad Adventista de Chile. En 1885 la familia Krieghoff emigra a Chile como colonos y se establecieron en un terreno de unas ochenta hectáreas concedidas por el gobierno, cerca de Púa, entre Victoria y Lautaro. Carlos Krieghoff continuó con sus padres hasta que cumplió los 25 años. No había pensado abandonar su ocupación en el campo hasta que su novia lo plantó y se casó con otro. Esta
experiencia lo dejó tan desilusionado que su madre tuvo que animarlo a viajar a Santiago para que se olvidara de sus penas. Carlos aceptó la sugerencia de su madre. Viajó a Santiago y pronto encontró trabajo. Un día mientras caminaba por la Alameda se encontró con Eduardo, un amigo de la niñez. Tuvieron un buen encuentro y Eduardo lo invitó a asistir a la escuela dominical presbiteriana. Aceptó la invitación y quedó muy impresionado con la actitud amigable de los jóvenes. Después de varios meses, Carlos retorna al sur para ayudar a su padre en la cosecha. Un día recibió la noticia de que Eduardo había apostatado de su fe y se había convertido en judío. Este hecho lo dejó muy sorprendido y lo hace meditar acerca de los motivos que tuvo su amigo para este extraño cambio. Al poco tiempo después de este cambio radical en su vida, Eduardo Thomann viaja al sur en busca de su amigo Carlos, se sentía responsable de haberlo animado a asistir a la iglesia presbiteriana en Santiago y ahora debía animarlo a abrazar la nueva fe adventista que él había conocido y aceptado. Luego de una sabrosa comida compartida en el hogar de los Krieghoff, sacó su Biblia de bolsillo y empezó a darle un estudio bíblico. Quería mostrarle a su amigo que él no había apostatado de su fe cristiana, como habían dicho. Le enseñó acerca del sábado. La evidencia era tan convincente que Carlos admitió que Eduardo podría estar en lo correcto. Al retornar a su hogar, Eduardo envió a su amigo una copia del libro de Urías Smith “Las profecías de Daniel y del Apocalipsis” en alemán. Después de leer el libro, Carlos llegó convencerse del mensaje adventista y adoptó la determinación de observar los mandamientos de Dios, que incluyen el sábado. L conversión de Carlos Krieghoff fue notable. Venció el deseo beber bebidas alcohólicas que había heredado de su padre y el vicio del tabaco que hasta ese momento lo dominaba, y se transformó en un asiduo estudiante de la Biblia y de los escritos del Espíritu de Profecía de Elena G. de White. Después de tener reuniones en Victoria a fines de 1897, el pastor Baber le bautiza en el río Traiguén. Tenía 27 años al bautizarse y se convirtió en el director del grupo de Victoria, teniendo además la responsabilidad de velar por las nacientes congregaciones de Chanco y Galvarino.
CONVERTIDOS AISLADOS EN NUEVA IMPERIAL Y PUA:
MORRIS Y CAMERON.
Entre los creyentes aislados figuran en Nueva Imperial, TOMAS
MORRIS, un irlandés, que al aceptar la verdad del evangelio ayudó por varios años a predicar lo que había aprendido. El pudo ver más tarde a otros que se agregaron a esta congregación. En Púa otro irlandés de apellido Cameron tenía una hija de profesión enfermera, la cual se convenció de las verdades bíblicas por la lectura de “Sings of the Times”, publicación a la cual la suscribió el colportor Davis. Del grupo de creyentes de Estero Chanco, cerca de Traigén, estaban los Dessignet, los primeros adventistas llegados a Sudamérica y Chile y también los Maitrë, los primeros convertidos en la zona sur del país, en 1886.
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