Educar El Conmover

February 15, 2017 | Author: Anonymous | Category: Documents
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EDUCAR EL CONMOVER. Educación, educar… educar es una de las actividades más importantes que una persona o una instit...

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EDUCAR EL CONMOVER Educación, educar… educar es una de las actividades más importantes que una persona o una institución puede desarrollar ya que tiene la responsabilidad de desarrollar las facultades intelectuales y morales de un individuo a instancias del proceso educativo. La vigencia del gesto de educar es aquella que está acompañada por el “conmover a otro”, ya sea a través de alguna acción, comportamiento, palabra, gesto, entre otras manifestaciones, puede enternecer o provocarle algún tipo de emoción a alguien y tenga un cambio en su pensar o mirar. La educación tiene sus aciertos y errores, pero no está demás decirlo por aquellos que nacen o se hacen en el camino de la educación, compartir el gesto de educar, en un mundo o sociedad con “transformaciones vertiginosas y caóticas de estos tiempos… por la creciente precariedad de los objetos y el hábito educativo”, afirma Carlos Skliar, investigador de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, Brasil. Pero tal y como se dijo anteriormente, la educación sufre la fuerte opinión que la escuela perdió su sentido en educar a cualquiera, pero también la educación ve las debilidades del mundo. Por una parte, hay que decir que la educación comparte una conversación entre desconocidos, los docentes escuchan sobre otras vidas, es un largo recorrido en este campo indica que sin la conversación no se puede ejercer la educación. Además, aquellas opiniones mencionadas anteriormente, están afirmando que la educación no se actualiza, “el mundo le pide a la escuela que cumpla con su estirpe civilizadora, que ciudadanice, que abra el horizonte del trabajo, que sea inclusiva, que genere valores de aceptación y pacificación, que cree una atmósfera de armonía y convivencia”, explica Carlos Skliar. En definitiva este punto de vista, la educación batalla con la tecnología y sus movimientos sociales e históricos, es decir, el movimiento la sociedad como de la educación son desniveladas en el punto que la educación mantiene estructuras sólidas y deben adaptarse con cautela, basadonse en largos años de estudio, en esos movimientos que exigen a quienes lo viven como un ahora, o “ya” para poder ser parte de esos ajustes y el tiempo no los consuma. La educación debe hacerlos rápidos, veloces y de gran cultura general con un coeficiente intelectual desarrollado para responder a las demandas de trabajo, como ciudadano y como consumidor. En mi experiencia debo decir, que teniendo un previo estudio universitario sobre el uso de tecnologías, redes sociales, y trabajos relacionados, abrió muchas puertas y cerré otras, es decir, la tecnología me brindó estudiar en amplios campos de distintas ciencias, conectarme con familia y amigos internaciones, incluso estudiar la cultura e idiomas para ejercer la profesión que hoy llevo en el campo del Diseño gráfico, el rol del mismo es amplio y debe estar suministrado de información de todo tipo para ofrecer un óptimo resultado en las gráficas comunicativas. Hasta aquí se puede decir de algunos aspectos positivos que se puede destacar del mundo de la tecnología. Pero no todo es ventaja. Todo el mundo sabe que la tecnología tiene su parte opuesta y quizás hasta se puede decir que es mayoría la desventaja. “La cuestión es que el mismo mundo que le exige todo esto a la educación, es un mundo incapaz de realizarlo”, aclara Carlos Skliar.

Los docentes pueden impartir sabiduría y experiencias sobre lo que opinan de las tecnologías, y la mayoría de ellos afirman que hay un desequilibrio, quizás está más presente la tecnología en la vida de ellos y esto sin duda perjudica el futuro que depare más adelante. Las metas, los objetivos, el gesto de educar puede llegar a tener graves cambios, y aquellos que todavía creen que el gesto de educar puede sobrevivir y ser expandido a más que eleven ese mensaje llegue a un contagio social. “Es frecuente escuchar a muchos docentes lamentarse de sus estudiantes: querrían tener aquellos alumnos de años atrás. Pero estos son nuestros alumnos y en función de ellos tenemos que crear nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje. Hoy, la escuela recibe a jóvenes que están atravesados por múltiples situaciones: conflictos familiares, pobreza, violencia, etc. Por su parte, en los chicos, como en la sociedad, se ve un alto nivel de desprestigio respecto a nuestro rol: el docente es el que no sabe, el que llega a destiempo, el que no conoce. En este marco, es difícil actuar. La cuestión sería cómo la escuela y sus docentes se adaptan a estas nuevas condiciones. La formación tiene mucho que ver, pero en igual medida influye la actitud del docente ante sus estudiantes. Creo que debemos intentar llegar a nuestros alumnos desde lo emocional, lo afectivo, junto a lo pedagógico. En tanto educadores, la meta es formarlos para que sean mejores ciudadanos, solidarios, responsables y críticos capaces de transformar la sociedad en que viven”. Explica, Alicia Campos, directora del CENMA de La Carlota – Anexo Los Cisnes, La Carlota, departamento Juárez Celman. “La escuela sigue siendo indefectiblemente el centro emanador de cultura, sabiduría y conocimiento en nuestra comunidad y de ahí la importancia vital de nuestra tarea. La institución escolar es ese núcleo donde todavía se conservan y reproducen valores que en el resto de la sociedad no se ven y eso los chicos eso lo aprecian, aunque a veces creamos que no. Estos mismos jóvenes hoy están un poco desorientados por la sobreinformación que proviene de la televisión y por la falta de valores e incluso disvalores que por allí se transmiten. Y en este sentido, creo, que la escuela es el lugar por excelencia para poder brindarles una esperanza de futuro mejor. Los docentes debemos bregar para que esto no cambie. En mi caso, ejerzo en una escuela de pueblo, donde antaño la autoridad del docente era muy respetada, su palabra era incuestionable, incluso, estaba a la altura de la autoridad comunal. Y si bien hoy en alguna medida lo sigue siendo, la mayoría de las veces recibe cuestionamientos. Sostengo que a pesar de todo, los alumnos nos ven como un referente, y eso es lo que tenemos que reforzar del rol”. Menciona, María Concepción López, maestra de la Escuela María Josefa González Caseros, Pilar, departamento Río Segundo. “El desprestigio del rol docente en la actualidad es más una idea instalada por los medios masivos de comunicación que una realidad. Esta sensación se asocia a los fuertes problemas sociales que aquejan a la comunidad en general y a las demandas que desde allí se nos hace como colectivo. Sin embargo, creo que los maestros estamos más calificados que antes para hacer frente a estos desafíos y que por suerte, la vocación, sigue estando detrás de nuestro trabajo, que es en definitiva lo que nos moviliza para pararnos en el aula. Trabajar con chicos produce enormes satisfacciones a nivel personal y profesional que no se encuentran en ningún otro lugar. En mi caso

particular, soy arquitecto y hace tres años que ejerzo como profesor de matemática por elección y por vocación. Es cierto también que los adolescentes de hoy están sobreexpuestos a demasiadas imágenes, con variada información sobre muchos temas y eso hace que estén dispersos y les cueste enfocarse en las cosas, incluidas las actividades escolares. En este sentido, hay profesores que se han agiornado a la nueva realidad y que producen transformaciones metodológicas y didácticas; no sé si todos lo hemos hecho, pero es un primer paso para revertir la imagen que los chicos tienen de nosotros. Ellos perciben un mundo que cambia rápido y nos ven algo anticuados, antiguos: sienten que cambiamos lentamente”. Expresa, Mauricio Gómez, profesor del IPEM N° 317, Mendiolaza, departamento Colón. Estos mensajes llevan a la reflexión de qué sucede en la vida de los alumnos, qué visión tienen sobre el docente, cómo es su afecto hacia ellos, y si aspiran en el día de mañana seguir los pasos del maestro llevando con orgullo el gesto de educar. “Cuando uno les pregunta a los chicos qué quieren ser de grandes, contestan que ingeniero o abogado –porque se visten con traje, tienen auto último modelo, reconocimiento social–: nadie quiere ser maestro. Somos nosotros quienes no les transmitimos a los chicos el valor que tiene la tarea docente y los que podemos cambiar eso. Hay que recuperar la vocación del viejo docente que se erigía en ejemplo, en modelo a seguir para los estudiantes. Debemos ser guías para señalar los distintos caminos posibles a seguir en la vida; nuestra responsabilidad es formarlos para que sepan elegir bien. La tarea docente no se puede limitar a ir a un curso y dar una clase, porque si no, se pierde autoridad, se pierde ese vínculo con los chicos, con la familia y su comunidad. Pareciera ser que algunos maestros ponen una barrera entre su trabajo y los demás. Afortunadamente, en las escuelas rurales la realidad es bien distinta: el docente es muy valorado desde la comunidad, es una figura central, una autoridad. Además de enseñar cumple muchas funciones: es psicólogo, enfermero, chofer de ambulancia –cuando se necesita salir de urgencia la comunidad recurre a la maestra–, y además escucha a los padres. Pero esta imagen se construye a partir del compromiso con la tarea y el entorno: el maestro es una figura central, abre puentes y estrechar lazos entre la escuela y la gente”. Relata, María Haydeé Nieto, maestra rural de la escuela Haydeé Ponssa Luque de Pacheco, Characato, departamento Cruz del Eje. “Creo que la tarea docente pasa por una cuestión tanto de actitud como de formación. En el caso de muchos maestros jóvenes, habría que ver por qué siguen magisterio: si es en busca de una rápida salida laboral o por vocación. No cualquiera se puede parar en un curso a impartir una clase: una cosa es recitar contenidos y otra muy diferente es enseñar, poder transmitir y resignificar todos los aprendizajes y ponerlos en el ‘aquí’ y el ‘ahora’. Nuestra función es tratar de brindarles a los niños todas las competencias y conocimientos que les sean útiles para hoy y, fundamentalmente, para mañana, cuando no estén más en la escuela. Para eso debemos trabajar sobre el sentido del rol docente día a día, repensando permanentemente nuestra tarea, actualizándonos y reflexionando sobre nuestras prácticas. Este esfuerzo incluye buscar estrategias para equilibrar lo que es la educación en sí –referida a contenidos curriculares–, con el conjunto de las demandas que el entorno social le realiza a la escuela. Hoy se espera mucho del docente: no sólo que sea pedagogo sino también psicólogo, asistente social, médico, etc. Sé que al estar en

una escuela urbano-marginal la única posibilidad que los chicos tienen de recibir educación formal depende de lo que les podamos brindar desde acá”. Comenta, Norma Martínez, maestra de la Escuela Ejército Argentino, B° Villa Siburu, Córdoba Capital. Estos problemas con la tecnología, con la sobreinformación, educadores del hogar que dispersan su atención a ellos y viven también en la tecnología (aclarando no todos), llevan a que la educación tenga en el diario vivir un conflicto por solucionar tratando de estar lo más cerca de sus alumnos sin intervenir en su vida pero siendo parte de su vida, acompañarlos a través de un gesto, en palabras, en alentar, en dar confianza o autoestima. En definitiva, a modo de conclusión, el gesto de educar, de conmover a otro seguirá siendo vigente por aquellos que deciden que se quede. Es por ellos que los responsables, cabe mencionar aquellos que son parte de la educación en general, deben asumir la responsabilidad de hacer un buen uso. Sí, somos capaces de educar y educarnos en las buenas prácticas, con toda seguridad las ventajas serán muchísimas más que los obstáculos. Un equilibrio de la tecnología, la atención, el diálogo, el ser parte de la vida del otro para alentar y proporcionar ese gesto, compartir y conmover son los elementos para que el alumno sea alguien con valores, moral, ética, valioso, perseverante en las buenas prácticas de todo campo de estudio; esto es siempre y cuando todos tomen ese equilibrio, alumnos, docentes, padres y sobre todo el mundo que exige algo la cual se oponen a través del mal uso en las redes de consumo y negocios. Bibliografía Educar es conmover. Facultad de humanidades. Saberes, revista del Ministerio de Educación Gobierno de la provincia de Córdoba. Recuperado de https://pedagogiaydidacticaunsa.files.wordpress.com/2013/06/educar-es-conmover-skliar.pdf (16/05/2016)

Revista Saberes (2009, octubre, 4) Publicación del Ministerio de Educación Gobierno de la provincia de Córdoba. Recuperado de http://revistasaberes.com.ar/numerosanteriores/revistasaberes-nro-004.pdf. (16/05/2016)

Domínguez, Mariángeles / D.N.I: 35106782 / Ciencias de la Educación

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