Los \"gringos\" de Onetti | Aaron Lubelski .edu

August 2, 2018 | Author: Anonymous | Category: Documents
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También J.L. Borges brinda a Emma Sunz y a Otto Dietricht zur Linde en Deutsches .... 13 Fuentes: Cronología de Pablo ...

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Los "gringos" de Onetti Curso América Latina durante la Segunda Guerra Mundial, Dr. Leonardo Senkman Trabajo de fin de curso Universidad Hebrea de Jerusalén Aaron Lubelski Julio 2006

Se dice que hay varias maneras de mentir; pero la más repugnante de todas es decir la verdad ONNETTI, Juan Carlos: El Pozo

Extracto Llama la atención la intensidad y la cantidad de personajes de origen extranjero que cobran vida en la narrativa de Onetti. Juan Carlos Onetti, autor uruguayo nacido en 1909, es una de las figuras más destacadas de la narrativa del Río de la Plata del siglo XX. Su obra comienza hacia el año '36 y se continúa hasta su exilio en Madrid, donde muere en 1994. Su obra es reconocida en todo el mundo hispanoamericano; en 1980 recibe el prestigioso premio Cervantes de Literatura. Entre sus varias actividades, Onetti también se dedica al periodismo colaborando con el semanario uruguayo Marcha y la agencia Reuters durante la Segunda Guerra Mundial. En el 1940 surge una nueva generación de intelectuales, E. Rodríguez Monegal la llama "la generación del 45". El "45" indica el final de la Segunda Guerra Mundial, la entrada del hombre en la era atómica y el comienzo de la guerra fría. En ese mismo período y no casualmente, aparece también el semanario Marcha (1939). El mismo es portavoz de esta generación contribuyendo a la sociedad uruguaya con un refrescante mensaje de militancia política, social y cultural. El principio de su obra literaria se remonta hacia el '33, sin embargo ella comienza a ser reconocida principalmente con la novela El pozo, 1939, la cual ya incluye personajes de origen extranjero, los mismos aparecerán en mayor o menor proporción en todo el resto de su obra. Estos elementos reflejan la sensibilidad de Onetti por los inmigrantes, hijos de ellos o sencillamente por los caracteres de origen extranjero, los cuales agregan un matiz singular y un colorido, principalmente europeo, a una narrativa de carácter puramente autóctona y urbana, donde los temas son parte de la idiosincrasia de Montevideo, Buenos Aires o de su ficticia ciudad híbrida Santa María, ella actúa como trasfondo geográfico común de varios de sus relatos. Estos personajes hacen recordar, por lo general, el impacto de los conflictos bélicos mundiales del siglo veinte en la sociedad rioplatense y el fenómeno inmigratorio que es consecuencia de los mismos. No sólo Onetti enriquece su narrativa con elementos extranjeros. También J.L. Borges brinda a Emma Sunz y a Otto Dietricht zur Linde en Deutsches Requiem, entre otros. Sin embargo es difícil encontrar estos elementos y con esa intensidad en el resto de la narrativa uruguaya del mismo período. Por ejemplo en El Pozo, primera novela de Onetti escrita en el 1939, el narrador enfrenta a dos personajes: el poeta Lázaro, soñador, filósofo y activista y a Eladio Linacero, atrapado en su propio destino, fracasado y sin fe de futuro. Para enfatizar esta contraposición el narrador pinta a Lázaro como típico inmigrante o descendiente de inmigrante judío de ideología comunista. Eladio, su compañero de cuarto no cesa de criticarlo:

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- Mira, viejo. Me da lástima porque sos un tipo de buena fe. Son siempre los millones de otarios como vos los que van al matadero. Pensá un poquito en 1 todos los judíos que forman la burocracia staliniana...

Onetti hace desfilar a sus gringos2 tanto en sus novelas como en los cuentos cortos: entre ellos se cuentan a Frieda de Justo el treintaiuno (1964), la institutriz alemana en El posible Baldi (1936), el campeón de lucha Jacob van Oppen en Jacob y el otro, Julio Stein en La vida breve, etc. Cada uno es una pincelada de color en el álbum de fotografías monocromas que crean sus narraciones.

Un entorno cultural de guerra Mientras que el mundo se enfrentaba con conflictos de alcance internacional como la depresión económica de los Estados Unidos, la guerra civil española, y principalmente la Segunda Guerra Mundial, el Uruguay, pequeño país situado en el estuario del Río de la Plata en América del Sur, lidiaba con las influencias que estos conflictos causaban en la economía, la vida política y también en el aspecto social y cultural. Durante los años que son relevantes a estos conflictos, 1931 - 1945, Uruguay fue gobernado por tres presidencias, durante las cuales, esta pequeña república conoció varios tipos de gobiernos, la dictadura de Gabriel Terra, el gobierno de transición de Baldomir y por último, retornado al estado democrático y liberal, la presidencia de Juan José Amézaga. Uno de los resultados de este período fue el surgimiento, hacia los años '40, de una generación de intelectuales con características únicas llamada "la generación del '45". El nombre no pretende definir exactamente los límites cronológicos, puesto que hay quienes sostienen que dicha generación se fue engendrando ya en los '40, pero si existe un común acuerdo en la diferenciación cultural que se dio en ese período, también como resultado de los acontecimientos mundiales y sus influencias en la República Oriental del Uruguay. Escribe Rodríguez Monegal: 3

La generación siguiente - cuya fecha central de gestación es 1932 - fue más polémica y hasta cierto punto resultó sacrificada por las circunstancias políticas. A ella correspondió absorber la crisis económica de los años treinta que en el Uruguay se objetiva en el golpe de estado del presidente Terra (marzo 31, 1933) la agitación internacional de la lucha antifascista y la organización de los Frentes Populares de orientación izquierdista, la catástrofe emocional y política de la Guerra de España, el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Fue una generación que llevó el compromiso político en algunos casos hasta el riesgo personal y que aún cuando no saliera de su esfera de actividad literaria o periodística quedó marcada para 4 siempre 1

ONETTI, Juan Carlos: El pozo, página 48. El término "gringo" es usado en este texto como apodo de extranjero o descendiente cercano de extranjero de origen no latino y no asiático, generalmente europeo anglosajón, "ruso" de los países europeos del este o Norteamericano. El término es usado en Latinoamérica con distintas connotaciones; en Mesoamérica es generalmente usado como sinónimo de norteamericano, mientras que en el Río de la Plata suele usarse también para los europeos del este. 3 Rodríguez Monegal se refiere a la generación del 900 4 Rodríguez Monegal, Literatura uruguaya del medio siglo, página. 49 2

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También Ortega y Gasset y Enrique Anderson Imbert 5señalan el comienzo de una generación literaria en ese período en los países vecinos como Argentina y Chile La idea del surgimiento de una nueva generación es apoyada también por Marcha (La nueva literatura nacional, artículo publicado en diciembre 26, 1952), Carlos Real de Azúa (Un siglo y medio de cultura uruguaya, 1958), Mario Benedetti (Literatura Uruguaya del siglo XX, 1963) y Ángel Rama (Testimonio, confesión y enjuiciamiento de 20 años de Historia literaria y de nueva Literatura Uruguaya, Marcha 3 de julio 1953). El semanario Marcha, que coincidentemente también aparece en este período (1939), y que fue fundado por Carlos Quijano y apoyado por un importante número de colaboradores, es el portavoz de esta nueva generación de intelectuales. Dice Monegal: "la página literaria de Marcha fue la arena donde se debatió la jefatura de la generación" 6 No es casual que esta generación se desarrolla cuando el Uruguay pasa por una falsa etapa de prosperidad gracias a las ganancias acumuladas durante los períodos de guerra con la venta de alimentos y lanas; este bienestar económico ayuda a salir del oscuro período de la dictadura de Terra y de retornar a la democracia en 1942. La abundancia de dinero es volcada a la promoción de la cultura: • Se apoya al AUDE, Asociación Uruguaya de Escritores • Se incrementan los premios estímulos por el Ministerio de Instrucción Pública • Se prepara la creación de la Facultad de Humanidades. 1946: Vaz Ferreira • Se funda la Comedia Nacional (Teatro), 1947: Justino Zavala Muniz • La Biblioteca Nacional fomenta la compra de libros de autores nacionales A su vez se manifiestan nuevos creadores como: • J. C. Onetti: El Pozo (1939), Tierra de Nadie (1941), Para esta noche (1943) • Juan Cunha y Líber Falcon (líricos) • Clara Silva: La cabellera oscura, libro de poesías • Mario Benedetti (primeros trabajos) La víspera indeleble • Idea Vilariño La suplicante Y también nuevos críticos e historiadores: • Carlos Real de Azúa: España de cerca y muy lejos, 1943 • Juan Pivel de Devoto: Historia de la República Oriental del Uruguay, 1945 • Arturo Ardao: Filosofía pre-universitaria en el Uruguay Dice Ángel Rama: El Uruguay no había conocido, desde la eclosión intelectual novencentista, ningún período de tan variada creatividad intelectual: en cada uno de los 7 rubros, teatro, novela, historia, cuento

Ángel Rama sostiene además que el común denominador de esta generación es el sistema crítico y que Onetti ofreció el modelo inicial en su primer período narrativo: El Pozo, Tierra de nadie y Para esta noche: Son tres tiempos de una explanación de la nueva realidad rioplatense donde la atracción por los novedosos tipos humanos recién adquiridos por el Plata -

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MONEGAL, Emir Rodriguez: Literatura uruguaya de medio siglo, página 34 MONEGAL, Emir Rodriguez: Literatura uruguaya de medio siglo, página 40 RAMA, Ángel: La crítica de la cultura en América Latina

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de Linacero a Ossorio- no alcanza a disimular la interrogativa investigación 8 de esta sociedad sin moral, sin principios, sin justicia rectora

Su actitud es aislacionista con respecto a sus mayores dedicados a la militancia política. Onetti critica a sus colegas intelectuales incriminándoles que su actividad militante antifascista anula o conduce a la mediocridad de su creación artística y pregunta a través del semanario Marcha: vale la pena que un escritor, por encendido espíritu de santidad, acepte anularse aquí en el Uruguay para luchar contra el fascismo. [ ] el torrente de 9 la regresión no lo van a detener con diques de papel impreso

Y agrega Ángel Rama: "y exhorta (refiriéndose a Onetti) a quienes quieren colaborar en esa lucha a que escriban manifiestos, enseñen primeras letras, pero que no compliquen en esa tarea a la poesía, al teatro o la novela."10 Esta cita define la esencia aislacionista de Onetti donde establece un claro límite entre la creación artística y la militancia política. Onetti no es el único que se identifica con esta corriente, también otros jóvenes pertenecen a ella como Alfredo Dante Gravina (Tacuarembó) que publica Sangre en los surcos (1938) y el Extraordinario fin de un hombre vulgar (1941) y Trillo Pays, Horizonte humano (1937) y Pompeyo amargo (1942).

El narrador urbano Onetti nace en Montevideo ciudad que alterna más adelante con la urbe de Buenos Aires. Su narrativa describe la idiosincrasia urbana, los tipos que la constituyen y la geografía geométrica de sus calles. Dice Ángel Rama sobre Onetti: Aunque no dejó de testimoniar la admiración artística por creadores como Espínola y Morosoli, destacó la ausencia de una literatura de tema urbano, 11 reclamando la atención de los escritores por su ciudad.

Y así nace Santa María, espacio geográfico imaginario híbrido, pequeña población de elementos rioplatenses, con algunos elementos urbanos de Buenos Aires y Montevideo, la cual servirá de entorno a una serie de novelas y cuentos llamados "la Saga de Santa María". Esta ciudad imaginaria aparece por primera vez en 1949 en La casa en la arena. Onetti la llena de contenido rioplatense, como los "sanmarianos": Brausen su prócer fundador, El padre Bergner y el amigo el Dr. Díaz Grey, y los símbolos urbanos como: el hotel-bar Berna, el diario El Liberal, El Plaza, El club, etc. Todos ellos son estacas que afijan la narración en el terreno firme de la ciudad imaginaria. En una conversación entre Rodríguez Monegal y Onetti se insinúa que el

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RAMA, Ángel: La crítica de la cultura en América Latina Onetti escribe en Marcha enmascarado tras el seudónimo de Periquito el aguador en su sección llamada "La piedra en el charco" 10 RAMA, Ángel: La generación crítica 1939 - 1969, página 122 11 RAMA, Ángel: La generación crítica 1939 - 1969, página 124 9

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nombre fue probablemente inspirado en "Santa María del Buen Aire"12, nombre de bautizo de Buenos Aires. Pero así como Onetti da vida a su ciudad imaginaria, posteriormente se hará responsable de hacerla desaparecer: El novelón [Dejemos hablar al viento] nació de la broma de un amigo que, basándose en el personaje de un viejo cuento, me dijo: 'Mirá si un día reaparece el Colorado y te incendia toda Santa María y te quedás sin tema'. Entonces se me ocurrió que de veras podría: liquidaba Santa María y 13 evitaba todo compromiso literario y se acabo, chau.

Santa María es un pueblo de paso, donde los personajes como Brausen, La vida breve, retornan a ella para refugiarse y buscar un futuro, otros como Frieda, hija de inmigrantes alemanes: "junkers" y católicos, en Justo el treintaiuno, son expulsados de ella por no ajustarse a las normas de un pueblo rioplatense conservador: Su familia la había hechado de allí y le giraba dinero todos los meses porque desde los catorce años ella se había dedicado a emborracharse y a practicar el escándalo y el amor con todos los sexos previstos por la sabiduría 14 divina

Onetti puebla estos enclaves geográficos con tipos que le dan vida y alma al trasfondo de calles, de "boliches", habitaciones y amigos. Dice Joaquín Marco en su prólogo a Tan triste como ella: Podemos observar a través de ella la vida que las criaturas desarrollan, aunque dentro de unos límites trazados previamente. En algún sentido la 15 "ciudad" es, en Onetti, el linde para la acción.

Personajes nuevos y antiguos Joaquín Marco sostiene que en estos territorios urbanos, refiriéndose a Santa María, existen dos tipos de ciudadanos. Los antiguos y los otros: Existen unos, acrisolados y antiguos. Es fácil reconocerlos porque poseen los privilegiados recuerdos del pasado ciudadano. A los nuevos habitantes 16 no merece la pena tomarlos en consideración

Véase, incluso, como el narrador enfatiza este concepto en Historia del Caballero de la rosa y de la Virgen encinta que vino de Liliput: 12

RODRIGUEZ MONEGAL, Emir: Conversación con Juan Carlos Onetti, en Eco, Bogotá, v. 20, nº 119, marzo 1970, p. 442-475. 13 Fuentes: Cronología de Pablo Rocca, El País Cultural, Nº 177, 1993, Montevideo. http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/onetti/cronologia.htm 14 ONETTI, Juan Carlos: Justo el treintaiuno, página 283. 15 MARCO, Joaquín: Prólogo a Tan triste como ella "Lectura de las narraciones de Juan Carlos Onetti: Algunos recursos". Página 11 16 MARCO, Joaquín: Prólogo a Tan triste como ella "Lectura de las narraciones de Juan Carlos Onetti: Algunos recursos", página 13

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"Los pobladores antiguos podíamos evocar entonces la remota y breve existencia del prostíbulo, los paseos que habían dado las mujeres los lunes. A pesar de los años, de las modas y de la demografía, los 17 habitantes de la ciudad continuaban siendo los mismos" En este caso los "nuevos habitantes" son referidos a aquella pareja de desterrados que viven en las afueras de Santa María18 y que son vistos como extraños por los ciudadanos legítimos de la ciudad. Es común encontrar en la narrativa de Onetti, el contraste entre el ciudadano local, aquel que es arraigado en el territorio, que tiene sus derechos históricos y comparte un mismo conjunto de recuerdos, valores y costumbres, y entre aquellos residentes "nuevos" que por lo general juegan un rol secundario, o de apoyo y contrastan con los personajes centrales. Este contraste refleja vehementemente la realidad de la sociedad rioplatense y su relación a la inmigración, tema que comienza a ser vigente desde antes de la Primera Guerra Mundial y se prolongará por muchos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Los locales o "pobladores antiguos" son generalmente personajes dejados a su destino, sin futuro, llevan una vida gris, monótona, abandonados a su estado de ánimo, que oscila entre la tristeza y el desconsuelo o la simple preocupación de vivir el momento e imaginarse posibles futuros que nunca se darán. El posible Baldi muestra la frustración del empleado de vida gris, ordenada y complaciente que es contrapuesta con el "posible Baldi", cruel, casi heroico, administrador de minas de diamantes en África, que mataba negros por mera distracción. El Baldi frustrado busca en una mujer anónima, un momento de gloria; empujado por el valor impartido por un fajo de billetes recién cobrados, ella, una rubia extranjera, quizás prostituta, estaría dispuesta a serle de interlocutor: Y lleno de confianza en su poder -la mano apretando los billetes- porque una mujer rubia y extraña, parada a su lado, lo rozaba de vez en vez con sus 19 claros ojos. Y el si quisiera... Pero era ella la que reía, entrecortada, temblándole la cabeza. Comprendió, por las r suaves y las s silbantes, que la mujer era extranjera. Alemana, tal 20 vez. Sin saber por qué, esto le pareció fastidioso y quiso cortar.

Todos los personajes centrales de la narrativa de Onetti son hombres, las mujeres, si bien son secundarias, son las que en muchas ocasiones toman la iniciativa. Dice Irby en relación a La vida breve: En Onetti la mujer siempre lleva la iniciativa, elige al hombre, se presta sin verdadera entrega. Brausen es seducido por Gertrudis, Stein es protegido por Mami. Díaz Grey sabe que aunque Elena cumpliera su condescendiente promesa de acostarse con él, sería imposible entrar en el mundo de la mujer, "porque [allí] su presencia estaba condenada a ser efímera y ofensiva", porque "la misma indiferencia... estaría todo el tiempo en el fondo de la mujer" (p. I8J). Hasta la Queca, tan vilmente empleada, manda en sus 17

ONETTI, Juan Carlos: Historia del caballero de la rosa y de la virgen encinta que vino de Liliput, página 140 18 ONETTI, Juan Carlos: Historia del caballero de la rosa y de la virgen encinta que vino de Liliput. 19 ONETTI, Juan Carlos: El posible Baldi, página 31 20 ONETTI, Juan Carlos: El posible Baldi. página 33

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hombres de turno: sólo después de oír su orgullosa declaración de que "antes me va a faltar el aliento que un hombre" (p. 97), se anima Brausen a 21 visitarla.

Los hombres de Onetti, los "pobladores antiguos" en general no son jóvenes, han tenido "un pasado" y sólo les queda sobrevivir el presente y conformarse con su destino. Larsen, el personaje central de El astillero, intenta rehacer su vida, pero de antemano elije una alternativa destinada al fracaso: "Algunos insisten en su actitud de resucitado, en los modos que, exageradamente, casi en caricatura, intentó reproducir la pereza, la ironía, el atenuado desdén de las posturas y las expresiones de cinco años antes [ ] 22 Otros, al revés, siguen viéndolo apático y procaz" El Dr. Díaz Grey, inventado en La vida breve, no sólo que es un fiel representante masculino de la narrativa de Onetti, sino que también encaja perfectamente en la ficticia idiosincrasia de Santa María: Estaba, un poco enloquecido, jugando con la ampolla sintiendo mi necesidad creciente de imaginar y acercarme a un borroso médico de cuarenta años, habitante lacónico desesperanzado de una pequeña ciudad [ ] debía usar anteojos gruesos, tener un cuerpo pequeño como el mío el pelo escaso y de 23 un rubio que confundía las canas

Por otra parte, los extranjeros, o los nuevos habitantes, son personajes que contrastan con el ámbito monótono de la ciudad rioplatense, así como Frieda, no encajan en la norma del pequeño pueblo. Mientras la gran ciudad, la urbe, los acepta o en el mejor de los casos los tolera, Santa María los expulsa o los destierra a la periferia, ellos son distintos, extraños, a veces carnavalescos, caricaturas de personajes normativos: La muchacha era diminuta y completa; llevaba un vestido justo, abierto sobre el pecho, el estómago y un muslo. Parecía muy joven y resuelta a ser dichosa, le era imposible cerrar la sonrisa" [ ] El hombre [ ] Era joven, 24 delgado, altísimo; era tímido e insolente, dramático y alegre

Son muchos los gringos que desfilan en la narrativa de Onetti, varios de ellos en contraposición con el ciudadano antiguo. Kirsten, la dinamarquesa "gruesa, pecosa, endurecida", que extraña su tierra natal en disparidad con su pareja: Montes, "bajo, aburrido y nervioso" el cual se siente en deuda con ella (Esbjerg, en la costa), Jacob van Oppen (Jacob y el otro), el gigante campeón de lucha dirigido por su representante el príncipe Orsini, Augusto Goerdel (La muerte y la niña) de padres suizos y habitante de la Colonia Suiza, acusado de asesinato y, prejuicio mediante, confundido por judío, Bob "del pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos" (Bienvenido, Bob) que con los años se transformó en Roberto y muchos más. 21

IRBY, James E.: Aspectos formales de La vida breve de Juan Carlos Onetti ONETTI, Juan Carlos: El astillero, página 12 23 ONETTI, Juan Carlos: La vida breve, página 18 24 ONETTI, Juan Carlos: Historia del Caballero de la rosa y de la Virgen encinta que vino de Liliput, página 125 22

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Sin embargo y a pesar de las diferencias cruciales de los tipos nuevos y antiguos, la narrativa de Onetti logra conjugar estas oposiciones y hacer posible un entorno mixto, quizás similar al proceso de asimilación que el Río de la Plata ofrece a los inmigrantes de aquellos tiempos, uniendo culturas, caracteres y lenguas, muchas veces por medio del enfrentamiento casual entre individuos, del diálogo, o simplemente del amor.

El espejo de Lázaro Quizás El pozo sea una de las novelas donde se puede apreciar con mayor intensidad la influencia de los sucesos que centraban la atención mundial de la década del '40. No es coincidencia que fue escrita en cercanía al estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y el florecimiento del comunismo en el mundo; Onetti, en esa época, también se dedicaba a la actividad periodística en el semanario uruguayo Marcha. Según la radio del restaurante, Italia movilizó medio millón de hombres hacia 25 la frontera con Yugoslavia; parece que habrá guerra.

El pozo enfrenta a dos personajes dispares, Eladio Linacero, "poblador antiguo" y Lázaro que podría decirse, a efectos de la comparación, era un habitante nuevo, usando la terminología que mas tarde se usará en La vida breve. Sin embargo puede también verse, en esta oposición, dos imágenes de un mismo protagonista, el posible y el idealizado en semejanza a la temática ya usada por Onetti en El posible Baldi. Para hacer el enfrentamiento mas intenso y quizás hasta para despertar la sensibilidad del lector, Onetti usa términos que hoy en día podrían catalogarse como racistas, al combinar el origen judío de Lázaro con su militancia comunista, fórmula común usada en la época, para desprestigiar el florecimiento de las ideas marxistas: - Mira, viejo. Me da lástima porque sos un tipo de buena fe. Son siempre los millones de otarios como vos los que van al matadero. Pensá un poquito en 26 todos los judíos que forman la burocracia staliniana... Hay un acento extranjero - Checoslovaquia, Lituania, cualquier cosa por el estilo-, un acento extranjero que me hace comprender cabalmente lo que puede ser el odio racial. [ ] No se bien si se trata de odiar a una raza entera, 27 u odiar a alguno con todas las fuerzas de una raza.

Estos términos, y es importante enfatizar, son en realidad un recurso literario y no deben confundirse por ningún motivo con racismo o antisemitismo. Es la forma que el narrador compara y quizás hasta juzga al personaje central, el poblador antiguo, por su destino inútil de poeta no logrado, mientras salva al "posible Eladio", encarnado en el personaje de Lázaro, de todas las culpas y males que es acusado:

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ONETTI, Juan Carlos: El pozo, página 48. ONETTI, Juan Carlos: El Pozo, página 48 27 ONETTI, Juan Carlos: El pozo, página 49. 26

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A veces pienso que esta bestia es mejor que yo. Que a fin de cuentas, es él el poeta y soñador. Yo soy un pobre hombre que se vuelve por las noches hacia la sombra de la pared para pensar cosas disparatadas y fantásticas. Lázaro es un cretino pero tiene fe, cree en algo. Sin embargo, ama la vida y sólo así es posible ser un poeta

Existe una crítica obvia a la sociedad rioplatense, a la sociedad ineficiente, complaciente, perezosa y falta de fe, la cual se manifiesta en este texto de forma más vehemente que en el resto de la obra; Eladio Linacero, su fiel representante, es comparado con aquellos habitantes de origen extranjero que traen consigo el espíritu de las manifestaciones ideológicas de la época. El pozo, se transforma así, en un manifiesto político: Me aparté en seguida y volví a estar solo. Es por eso que Lázaro me dice fracasado. Puede ser que tenga razón; se me importa un corno, por otra parte. Fuera de todo esto, que no cuenta para nada, ¿qué se puede hacer en este país? Nada, ni dejarse engañar. Si uno fuera una bestia rubia, acaso comprendiera a Hitler. Hay posibilidades para una fe en Alemania; existe un antiguo pasado y un futuro, cualquiera que sea. Si uno fuera un voluntarioso imbécil se dejaría ganar sin esfuerzos por la nueva mística germana. ¿pero aquí? Detrás de nosotros no hay nada. Un gaucho, dos gauchos, treinta y 28 tres gauchos.

Una crítica opuesta aparecerá posteriormente en otros textos, como Matías el telegrafista, donde la eficiente tecnología del occidente no logra acercar a María Pupo, radicada en el pequeño pueblecito de Pujato, departamento de Salsto, al corazón de Matías; la eficiente tecnología europea es eclipsada por la impotente comunicación espiritual: Consideremos entonces que la fraulien del mostrador de Telégrafos había nacido allí, cuarenta o cincuenta años atrás, y que los anteojos, las arrugas, la boca en media luna blanca y amarga, la misma voz de macho pederasta eran, como su alma, un producto de suelo miserable, de amor absurdo por el trabajo y la eficiencia, de una indestructible acrecida por el misterio que 29 prometían y vedaban las letras T.T.

Así como el espacio geográfico suele repetirse en la narrativa de Onetti, también ciertos personajes tienden a reproducirse y presentarse en diferentes versiones. Hay quienes reaparecen intactos como el Dr. Díaz Grey en la Saga de Santa María, y hay quienes transformados, resurgen en futuros textos. Ya fue mencionado anteriormente un cierto paralelismo entre Baldi y su posible y heroico avatar, y la pareja Eladio Linacero y su reprochado ídolo Lázaro. Otro paralelismo similar aparecerá en La vida breve muchos años más tarde en la forma de Brausen y su amigo Julio Stein. Una vez más vuelve a repetirse el enfrentamiento entre el poblador antiguo y el habitante nuevo, una vez más otro gringo apoya o secunda al personaje central. Irby enfatiza este paralelismo en su ensayo sobre La vida breve:

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ONETTI, Juan Carlos: El pozo, página 53. La mención "treinta y tres" está relacionada probablemente con una expedición militar del año 1825, destinada a liberar al Uruguay, en ese entonces: la Provincia Oriental, de la conquista brasileña, conocida por "El desembarco de los treinta y tres orientales". 29 ONETTI, Juan Carlos: Matías el telegrafista, página 318. T.T. Telefunken, compañía alemana de telecomunicaciones.

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El formalista ruso Viktor Sklovskij, agudo precursor de los estructuralistas de hoy, estudió en su Teoría de la prosa diversos tipos de paralelismo, desde la tautología hasta la paradoja, viendo en ellos y en el consiguiente repliegue y realce de la forma, lo esencial del arte literario. Dice Sklovskij: "la vía del arte es un sendero tortuoso..., un sendero que avanza en zig-zag".2 En Onetti, desde luego, la reiteración y la demora colaboran estrechamente para 30 producir un curioso efecto a la vez frustrante y totalizador.

Onetti usa al gringo, ahora en forma de Julio Stein, como recurso de paralelismo, hasta podría decirse que existe una similitud entre Lázaro y Julio. Ambos de origen judío, el primero aún en su etapa de bolchevique romántico, el segundo desengañado de una militancia comunista de los '30, cambia los panfletos políticos por la seudo-creatividad en una agencia publicitaria dirigida por un viejo yanqui.

Y para concluir Onetti que si bien fue considerado aislacionista, por diferenciar su obra de la militancia política y social, no fue insensible a la realidad rioplatense y a los efectos que los acontecimientos mundiales de la década del '40 tuvieron efecto en ella, tampoco la Guerra Civil española pasó desapercibida en la narrativa de Onetti31. Esta sensibilidad volcó en su obra a los tipos pertenecientes a la realidad urbana, principalmente montevideana y bonaerense y entre ellos, mezclados con los "pobladores antiguos", los de origen extranjero, aquellos que trajeron, a raíz de las corrientes migratorias, distintos conceptos, ideologías y costumbres que diversificaron la monotonía gris del Río de la Plata. Estos tipos no sólo adornan la narrativa de Onetti sino que apoyan y son parte de la columna vertebral de su obra. Así como Santa María funciona como el eje geográfico de una serie de narrativas, los gringos son parte integral del arco iris humano de Onetti.

Aaron Lubelski Rehovot, julio 2006

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IRBY, James E.: Aspectos formales de La vida breve de Juan Carlos Onetti. ONETTI, Juan Carlos: Regreso al Sur, página 78

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Anexos La obra de Onetti Avenida de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo" (Cuento), 1933. El obstáculo, 1935 El posible Baldi (cuento), 1936 Los niños en el bosque (relato), Tiempo de abrazar (novela), 1935 El pozo (novela), 1939 Convalecencia, 1940 Tierra de nadie, 1941 Un sueño realizado: 1941 Para esta noche (título original: El perro tendrá su día, novela), 1943 Nueve de julio (cuento), 1945 Regreso al sur (cuento), Ebsjerg, en la costa (cuento), 1946 La casa en la arena, 1949 (Onetti crea a Santa María) La vida breve: 1950 Un sueño realizado y otros cuentos (1951) El álbum Los adioses (novela), 1953, dedicada a la poeta Idea Vilariño Historia del Caballero de la Rosa y la Virgen encinta que vino de Liliput, 1956 El infierno tan temido, 1957 Para una tumba sin nombre, 1959 La cara de la desgracia, 1960 Jacob y el otro, 1961 ¡Salut Bob! (cuento en ingles, traducido al español como Bienvenido Bob), 1961 El astillero, 1961 El infierno tan temido y otros cuentos (libro de narraciones cortas, todas inéditas, 1962 Juntacadáveres (novela), 1964 Justo el treintaiuno (cuento), 1964 La novia robada, 1968 Matías el telegrafista (cuento), 1970 Las mellizas (relato), 1973. Tiempo de abrazar, 1974 Réquiem por Faulkner y otros artículos, 1975 Tan triste como ella y otros cuentos, 1976 Balada del ausente (poema), 1976 Presencia (cuento), 1978 Dejemos hablar al viento, 1979 (Onetti "incendia" Santa María) Los amigos, 1980. Jabón, 1981 El Mercado, Cerdito, 1982 Luna llena, 1983 El gato, 1985 Presencia y otros cuentos, 1986 Cuando entonces (novela), 1987 Cuando ya no importe (novela), 1993 El perro Confesiones de un lector 12

Bibliografía • • • • • • • • • • • • • • • •

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